Violencia institucional de la Policía en Orán

En la continuidad de la violencia institucional que comete la mal llamada fuerza de seguridad, bajo mando de un ex militar -apólogo de la dictadura del ’76- se volvió a conocer un nuevo episodio de mal trato a mujeres, en la figura de una joven estudiante de enfermería y su tía, ambas víctimas de amedrentamientos y malos tratos en una comisaría de Orán.

La fuente de esta información es Radio A de Orán; da cuenta de lo ocurrido con una joven de 23 años de edad, identificada como Daniela quien fue detenida en un control policial en el marco de la cuarentena por Covid_19.

Allí el personal policial femenino le quitó la moto en la que se trasladaba; en ocasión de ir a abonar la boleta por el consumo de energía eléctrica, en una de las bocas de cobranzas, habilitadas para tal fin. Trámite que no concluyó por haber sido detenida en la comisaría N° 20, donde la tía también fue demorada e incluso le prohibieron hablar en los medios.

Por temor a los cortes de servicios y los vencimientos que figuran en las boletas de servicio, los vecinos y las vecinas de Orán se volcaron a las calles para ir a pagar y evitar de ese modo los cortes en los servicios públicos.

Esta fue la situación primera que motivó, el martes 14 de Abril,a las 11 de la mañana cuando Daniela se dirigía a la empresa de energía eléctrica en su motocicleta por Avenida Constituyentes y al girar hacia calle Alvear, se encontró con un retén policial.

Conforme las declaraciones de la víctima, tres policías femeninas la pararon y le pidieron el permiso de circulación pero no lo tenía ya que tenía entendido que se podía salir a pagar la factura y que con el solo hecho de mostrarla con el número de NIS que correspondía, a la fecha era suficiente.

“Les mostré la boleta con la plata adentro. Entonces me dijo que me iba a secuestrar la moto y que me baje. Al principio le dije que no porque es lo único que tengo” expresó, la víctima.

Seguidamente una de las funcionarias policiales, le dijo “ah ¿no te vas a bajar? Bueno…”.  A pesar de esto la joven contó que permaneció allí con la esperanza de encontrar una solución.

“Le dije que tenía a mi nena y a mi hermana en mi casa, sin embargo, la policía procede a quitarme la llave de la moto y le digo “me vas a romper la moto, pará….me quiero bajar y ahí es donde se acercan otras dos femeninas y me agarran del brazo, del cuello y de los pelos”.

Según el relato, luego la subieron al móvil policial hasta el hospital “así me tuvieron pegando toda la hora. Me pegaban chirlos en la boca y piñas en la cabeza. Me decían La Lloronita, La Cebolla” comentó la joven víctima del apremio ilegal.

Al llegar al hospital la registraron “y parece que ellos vieron que tenía rasguñado el cuello y me sacaron del nosocomio por lo que no llegó a revisarme ningún médico”. Entonces deciden llevarla hasta Güemes 570, según relata Daniela, mientras le decían “vos te haces la pícara y se burlaban”.

Después la trasladan a la Comisaría N° 20 donde la joven pide que le avisen a su mamá. “Estaba nerviosa porque nunca pasé por esta situación”. Me decían que me iban a abrir una causa penal y que podía quedar detenida hasta por 6 meses”. Una de las agentes le habría dicho que la denunciaría por amenazas pero “lo único que dije era que quería hablar con mi hermana”, contó.

Permaneció desde la 11 de la mañana hasta las 5 de la tarde en la comisaría.

En el momento que la madre y la tía llegan hasta la comisaría y al observar el estado de Daniela, solicitaron ambas mujeres hacer la denuncia correspondiente. Pero se negaron a hacerlo y en cambio, le dijeron “ahora no porque tenemos que hacer cambio de guardia”.

CENSURA PREVIA

Pese a ello, madre y tía de Daniela, deciden mantenerse en el lugar y esperar; transcurridas al menos dos horas, una policía se dirige a la tía de Daniela y le pide que la acompañe al interior de la comisaría, donde proceden a detenerla porque según la policía “tomó una foto al auto de un oficial” pero no conformes con esto, la hicieron firmar una notificación que citaba lo siguiente

“Abstenerse de realizar denuncias por los medios de comunicación en contra de la institución”. El papel fue firmado por un oficial.

Finalmente pudo radicar la denuncia y un médico logró revisarla, pero que al preguntar qué era lo que decía el certificado, éste no habría querido decírselo.

Daniela es estudiante de enfermería, madre de una niña; sin antecedentes policiales. Manifiesta que jamás vivió ningún hecho de este tipo.

Un verdadero calvario dice; “Me tuvieron como una delincuente. Eso me dolió un montón porque creía en la policía, que ellos estaban para cuidarnos. Decía entre mí que no pueden maltratarte de la nada pero ahora lo viví…” concluyó.

Los antecedentes de la Comisaría 20

El 16 de diciembre de 2019, un hombre de 60 años, detenido en la Comisaría 20 de Orán, murió tras descompensarse en la celda que ocupaba. Sus compañeros alertaron a los guardias de lo que estaba ocurriendo a pesar de ello, el hombre no logró sobreponerse.
El hombre detenido por microtráfico alertaron que no se sentía bien, pidieron ayuda y mientras esperaban una ambulancia, reportaban el informe oficial que los policías intentaron asistirlo y reanimarlo, pero cuando los médicos llegaron ya estaba sin vida. Detallaron también que la hemorragia cerebral habría sido sin violencia.

Aunque ante lo acontecido, el accionar de esta comisaría, entra bajo un manto de sospecha, en consonancia con los procedimientos cargados de violencia, odio y fanatismo, en un esquema de represión al ciudadano o ciudadana común.

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