CLACSO promueve rescate de libros

La quema de bibliotecas, como la que le pertenece a Alvaro Garcia Linera, rememora una de las prácticas absurdas que se repiten a lo largo de la historia cuando la intolerantes se abren paso a lugares de gobernanza mediante la violencia.

La quema de libros es la práctica, generalmente promovida por autoridades políticas o religiosas, de destruir libros u otro material escrito; está vinculada al fanatismo ideológico y suele acompañar muchos conflictos bélicos. La práctica generalmente es pública y está motivada por objeciones morales, políticas o religiosas al material publicado.

“En su declaración de bienes para investirse como vicepresidente de Bolivia, García Linera declaró sus 10.000 libros. Ahora amenazan con quemarlos.”

 

El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) ha puesto a dispocisión, a traves de su sitio web, parte de la bibliografia del profesor universitario Alvaro Garcia Linera para quienes deseen descargarlos.

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Hitos en la historia de la quema de libros

La quema de libros y la destrucción de bibliotecas tiene una larga historia. Estos son algunos de los sucesos documentados:

  • La quema de libros y asesinato de académicos en la China de Qin Shi Huang en el año 212 a. C.; muchos intelectuales que desobedecieron la orden fueron enterrados vivos.
  • Los libros de alquimia de la enciclopedia de Alejandría fueron quemados en 292 por el emperador Diocleciano.
  • A finales del siglo XV se produjo en Florencia una importante quema de libros y obras artísticas de considerable valor, considerados todos ellos inmorales, en la llamada “Hoguera de las vanidades”, promovida por Girolamo Savonarola.
  • La quema de los manuscritos o códices mayas por el sacerdote Diego de Landa en la localidad de Maní (Yucatán) el 12 de julio de 1562.
    Hallámosles gran número de libros de estas sus letras, y porque no tenían cosa en que no hubiese superstición y falsedades del demonio, se los quemamos todos […]
    Diego de Landa
  • A comienzos del siglo XVI, los residentes de Granada tenían la obligación de entregar a las autoridades castellanas los libros escritos en árabe, conservándose solo los que versaran sobre medicina (conservados en la Biblioteca de El Escorial) y quemando los demás.1​ Antes de estos Decretos de Juana de Castilla se había producido la “Quema de Bib-Rambla”, por parte del Cardenal Cisneros, donde entre otras se quemó en pública hoguera la biblioteca de la Madraza, la primera universidad que tuvo Granada.
  • La quema de libros de autores judíos durante el régimen nazi, desde 1930 hasta 1945 en Alemania.
  • Durante la guerra civil española se produjeron varias quemas de libros por parte de Falange Española el 19 de agosto de 1936 en La Coruña (con libros requisados de bibliotecas privadas como la de Casares Quiroga, la del Seminario de Estudios Gallegos y en las de centros culturales republicanos y obreros); el 30 de abril de 1939 se produjo una en la Universidad Central de Madrid.2​
  • En Argentina, la dictadura instaurada en 1943 cerró y quemó los libros de las editoriales comunistas del país.
  • La quema de Geografía de Cuba de Antonio Núñez Jiménez, texto para enseñanza incinerado por orden del gobierno de Fulgencio Batista en 1954.
  • Las declaraciones hechas por John Lennon en 1966 acerca de que los Beatles «eran más populares que Jesucristo» (en inglés, We’re more popular than Jesus now) ocasionaron que muchas personas que residían en el «Cinturón Bíblico» (Bible Belt) en los Estados Unidos se dieran a la tarea de quemar sus discos en señal de protesta a la declaración antes citada.

quema quijoteEn el campo de la ficción, Miguel de Cervantes, en el capítulo VI de la novela El Quijote, muestra la selección de libros de caballerías y su posterior quema, en el episodio conocido como donoso escrutinio.

  • En la Argentina, a partir del golpe de estado del 24 de marzo de 1976 que dio inicio al proceso de reorganización nacional, se quemaron un total de 1 millón y medio de libros: Uno de estos casos ocurrió bajo las órdenes de el general de división Luciano Benjamín Menéndez, jefe del III Cuerpo de Ejército con asiento en Córdoba, que ordenó una quema colectiva de libros, entre los que se hallaban obras de Proust, García Márquez, Cortázar, Neruda, Vargas Llosa, Saint-Exupéry, Galeano, etc. Dijo que lo hacía «a fin de que no quede ninguna parte de estos libros, folletos, revistas… para que con este material no se siga engañando a nuestros hijos». Y agregó: «De la misma manera que destruimos por el fuego la documentación perniciosa que afecta al intelecto y nuestra manera de ser cristiana, serán destruidos los enemigos del alma argentina». (Diario La Opinión, 30 de abril de 1976).4​
  • En abril de 1979 durante la Batalla de Valencia los blaveros queman libros considerados “catalanistas” en la Plaza de Manises frente a la Diputación Provincial de Valencia.

  • En 2015 el grupo terrorista Estado Islámico quemó unos ocho mil libros.
  • En 2017 el ministro de educación del Paraguay se ofreció a quemar libros para complacer a ciertos grupos “pro familia” y religiosos, indignados por la supuesta presencia de contenido sobre ideología de género en éstos.

Fuente consultada Wikipedia

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