Elia Fernández no pudo concretar el Frente de Todos con las facciones que la acompañaban luego que asambleístas del partido Frente Grande denunciaron a esa fuerza política por no realizar la Asamblea que autorizaba a firmar las alianzas electorales.
Ante la Justicia Electoral fue llevado el caso que encararan dos de los afiliados al Frente Grande y expusieran que al no realizar el Congreso partidario bajo el que se mandata a las autoridades para participar, negociar y acordar frentes y/o alianzas electoralistas, las mismas tienen prohibido gestionar cualquier negociación de modo individual y unilateral sin ese previo consentimiento del partido.
Aunque el Frente Grande presidido por Elia Fernández ya había anticipado que dejarían de estar en el FdT1 para ir por su propia lista.
El malogrado espacio aliancista además está integrado por Kolina -dirigido por Diego Arroyo quien insiste en hacer saber que la Rosada “los habla”- los otros partidos, Unidad Popular y el PTP.
Para la presidenta del Frente Grande, la culpa de su decisión en soledad electoral, se relaciona con las otras dirigencias kirchneristas locales. Además de endilgarle a la CCC y al Movimiento EVITA, la presión por quedarse con las candidaturas, sin tener partidos políticos. En declaraciones a la prensa, Fernández catalogó a este hecho como “otras lógicas de construcción” pues ambas bases militantes exigen para sí, las diputaciones.