Desde el momento que planteó “ayudar” a la gestión PRO y comenzó a hacer público, notorio e insistente, su oposición a la ex mandataria Cristina Fernández de Kirchner, el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey, parecía dejar antiguas naves para adentrarse en una posición en la cual capitalizara los votos de quienes no quieren ni el fracaso de Macri, ni el retorno de Cristina. En esa postura se conduce con Miguel Pichetto y Sergio Mazza, tratando de elaborar un tercer sector que le permita al menos elevar el 7% de intención de votos como figura presidencial.
Aliado del gobierno; esa es la expresión que su discurso moderado utiliza el norteño para describir que no es opositor de la elite conservadora gobernante. Aunque no guarda los mismos reparos con la gestión anterior; “No quiero a Cristina Kirchner porque yo estoy discutiendo futuro, no historia” tal lo dicho por él en una muestra más que elocuente de los diferentes tratos que brinda a ambos líderes nacionales.
En cada medio que lo entrevista al norteño, insiste en marcar hacia dónde va su buena intención con el PRO; “hay que ayudar al gobierno desde el primer día de la gestión hasta el último, y lo vengo haciendo, pero pretender que porque yo haga eso soy macrista, es no entender”; quizás lo que Urtubey no logra dilucidar en su propio proceder es que no es tanto su amarillo clarito lo que le da ese tono de oficialista, sino su marcada tendencia anti K; si tampoco fuera eso, entonces sería conveniente considerar que su problema con la peronista Cristina Fernández puede ser de índole personal, cuando no, de género.
Fuentes y fotografías: medios digitales