El patriarcado comenzó a temblar bajo las sotanas

El fin de semana no fue para nada tranquilo en el foro de los sacerdotes que confluyen en el Arzobispo de Salta. Charlas van y vienen, alterados por la viralización de la carta que redactó la joven hija del cura Gamboa, se sumó a la hecatombe la pregunta sobre qué hacer con los que estarían en igual situación de paternidad: Yurquina, Paredes, Tacacho, Alemán y Báez.- Todos ellos además temen que Cargnello los amenacé con quitarles sus puestos, tal como le dijeron a Gamboa a quien no sólo la parroquia a cargo dejaría disponible, sino que lo suspenderían de su servicio religioso.

Será tiempo de reflexiones en las conductas que corresponden a la moral cristiana: “En el Catecismo n 2390 se explica: Hay unión libre cuando el hombre y la mujer se niegan a dar forma jurídica y pública a una unión que implica la intimidad sexual.

La expresión en sí misma es engañosa: ¿qué puede significar una unión en la que las personas no se comprometen entre sí y testimonian con ello una falta de confianza en el otro, en sí mismo, o en el porvenir?

Esta expresión abarca situaciones distintas: concubinato, rechazo del matrimonio en cuanto tal, incapacidad de unirse mediante compromisos a largo plazo (cf FC 81). Todas estas situaciones ofenden la dignidad del matrimonio; destruyen la idea misma de la familia; debilitan el sentido de la fidelidad. Son contrarias a la ley moral: el acto sexual debe tener lugar exclusivamente en el matrimonio; fuera de éste constituye siempre un pecado grave y excluye de la comunión sacramental” Con el caso Gamboa, más allá de los atenuantes que pudieran existir en el particular de una historia, desde el lugar que ha hablado la Iglesia sobre cuestiones de la vida mundana, a través de sus sacerdotes es lo que entra en crisis.

Fuente: Ā divīnīs ex sacerdote

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