Mendoza es conocida por sus múltiples casos de asesinatos cometidos por miembros de las fuerzas armadas y policiales. Argentina en un contexto de hambre, corrupción, inflación y tarifazos, padece nuevamente, las ejecuciones impunes contra la ciudadanía, propinada por funcionarios militares y/o policiales, en su mayoría con víctimas juveniles.
Un comunicado emitido en agosto de 2018 por la Asamblea Permanente por los DDHH, da cuenta del crimen cometido contra el joven
estudiante universitario, Andrés García Campoy, cuya madre pide se difunda el caso para que las irregularidades, adredes, del mecanismo
judicial, no permita la impunidad a los autores del asesinato.
“Andrés García Campoy perdió su vida en un operativo de Gendarmería el 13 de junio de 2014 en la provincia de Mendoza. Allí, dos miembros
de esa institución estatal lo mataron con total impunidad y violencia, intentando luego fraguar la situación, como si Andrés se hubiera quitado
la vida.
La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) Argentina y la APDH Regional Villa María; se suman al reclamo para lograr
justicia y terminar con la impunidad en el caso de Andrés García Campoy y de todos los que han sido asesinados en los caminos y en las
calles, y que aún se mantienen sin lograr justicia. Exigimos que se asuma con responsabilidad estos hechos delictivos y se actúe con
responsabilidad para castigar a los culpables.
La señora Mónica Campoy, madre de Andrés García Campoy, pide el acompañamiento para lograr justicia. Andrés tenía 20 años, era
estudiante y fue asesinado por gendarmes en Mendoza. El hecho ocurrió en un control rutero de la provincia, mientras en la madrugada del 13
de junio del 2014.
“No se sabe a ciencia cierta que pasó en la inspección policial, mi hijo tenía un tiro en la cabeza, en la parte de atrás, la nuca; no tiene pólvora
ni en las manos, ni en la ropa, tampoco salpicadura de sangre dentro y fuera del auto, lo que hace suponer que fue asesinado en otro lugar y
luego puesto en el auto. Los gendarmes recién dieron testimonio a los cinco días de la muerte de mi hijo”, señaló Mónica Campoy a la APDH.
Frente a la versión de los gendarmes, quienes pretenden que el caso sea caratulado como suicidio, el fiscal provincial interviniente lo caratuló
“como homicidio agravado” por la intervención de la fuerza de seguridad; en el hecho están implicados los gendarmes, Maximiliano, Alfonzo
Cruz y Corazón de Jesús Velásquez.
A su vez, la psicóloga Lic. Marta Mulat, realizó un test psicológico post mortem, cuyos resultados determinaron que no existen indicios de que
Andrés hubiera querido quitarse la vida.
Sin embargo, el caso actualmente pasó a los Tribunales Federales, recayendo la causa en el juez Walter, Bento, quién tiene una postura
ambigua y se inclina, favorablemente al testimonio de los gendarmes.
Por ello, desde APDH exigimos que se inicie pronto un juicio oral y se logre justicia en un hecho que evidencia la responsabilidad de los
agentes estatales y que ha producido una herida irreparable en la familia y en los amigos de Andrés García Campoy. Por Memoria, Verdad y
Justicia” detalla el comunicado de la Asamblea.
El calvario de una madre
En diversas ocasiones, Mónica Campoy, detalló a la prensa, los datos que ella posea sobre el asesinato de su hijo Andrés. “Mi hijo llevaba consigo toda la documentación del vehículo, todo al día como corresponde. En su poder tenía una carabina de colección del año 1860 que era propiedad de su bisabuelo, su idea era vendérsela a un señor en la destilería, pero no pudo ser” (…) “No sé qué pudo pasar en ese control, lo único que sé es que a mi hijo lo asesinaron de un tiro en la cabeza, lo ejecutaron. Al llegar el fiscal provincial Calle, lo carátula como homicidio agravado por fuerza de seguridad, implicando a los gendarmes Maximiliano Alfonso Cruz y Corazón de Jesús Velázquez”
El suicidio, fue el atajo tomado por los sospechados del crimen: “Este fue el ardid utilizado por los asesinos de mi hijo, lamentablemente la causa pasó a manos de los tribunales federales donde el juez Walter Bento es el que atiende en la misma, éste está haciendo todo lo posible para darle protección a los gendarmes y dormir la causa”.
“Es imposible que Andrés se haya suicidado, ya que el tiro le ingresa por la parte de atrás de su cabeza, que me expliquen como con una carabina de 1 metro de largo lo hubiese podido hacer” expresó en reiteradas ocasiones a la prensa.
Las torpezas procesales al caso, se destaca; “No pudieron abrir el celular de Andrés tanto en Buenos Aires como en Mendoza. Muchas de las pruebas fueron borradas, en el auto no había sangre, el joven no tenía pólvora en sus manos ni en la ropa. La pericia que debió ser inmediata, tardó 5 días en llegar a los gendarmes” tal como figura en publicaciones del 2014.-
La carabina era una pieza vieja de colección que no funcionaba. La misma desapareció después del asesinato, en el lugar tampoco se encontró el casquillo de la bala.
“Necesito de manera desesperada difundir el caso de mi hijo Andrés, ya que el juez federal Walter Bento lo tiene cajoneado. Pido por favor que la Corte Suprema de Justicia actúe y pueda cambiar al juez, para de esa manera lograr una reautopsia que nos acerque a la tan ansiada verdad. Esto es menester, ya que en Mendoza no pudieron extraerle el proyectil de la cabeza porque se desintegró” declaró Mónica Campoy, señalando que el silencio adrede sobre el crimen, podría provocar que el mismo quede impune.
“mientras esté guardado el expediente, y nosotros sigamos peleando con el juez, nunca vamos a tener un juicio oral donde los dos gendarmes puedan contar lo que realmente pasó” lo explicó a los medios, Mónica Campoy.