Imagen del abandono estatal sobre la mujer originaria

Las mujeres somos periféricas en el sistema patriarcal que nos oprime, más todavía si esa distancia con el eje, el centro del poder y el bienestar, se le suman las categorías de la pobreza e incluso el origen, como le sucede a las hermanas wichi. 

Una historia de opresiones y represiones se levantan sobre el sufrimiento de seres humanos y humanas. Las poblaciones originarias afrontan sus horas peores ante el ataque al medio ambiente, por parte de los negocios que crecen fomentados por la impunidad neoliberal. Así es como empobrecidas, perseguidas y condenadas sin culpas, las mujeres de las diferentes etnias, son excluidas de todas las oportunidades para una vida digna.

La imagen que acompaña esta breve opinión fue tomada por la compañera Nadia, y retrató la desventura de las manifestantes originarias apostadas en la plazoleta céntrica de la ciudad de Salta, provincia del mismo nombre en Argentina, el jueves 10 de enero de 2019 bajo la gobernación de Juan Urtubey. El político proviene de un clan familiar vinculado a la administración pública desde hace más de 50 años. Sea por la función en el Ejecutivo local, el parlamento provincial y/o nacional; o el ámbito judicial, su desarrollo dentro de los espacios de poder y decisión, le es inherente. No quiere, el macho gobernante, perderse la oportunidad de ir por la presidencia del país, para lo que fue un activo colaborador de la crisis institucional, económica y política que quiebra la democracia en la actualidad y por ello, deja puertas abiertas a este inescrupuloso personaje que padecemos en Salta.

Su mejor demostración de incapacidades para gestionar es la creciente deuda de la Provincia, el empobrecimiento poblacional, la nula actividad económica, industrial, el escaso desarrollo tecnológico, la pasmosa falta de calidad institucional en ese relajo que permite corruptelas en todos los estamentos y órdenes pùblicos. Por mencionar al pasar, cuestiones evidentes que se sufren en lo cotidiano: la nula infraestructura educacional, hospitalaria, caminera, transporte pùblico caro y de pésima calidad, etc. 

Los paliativos son lo suyo porque a falta de soluciones profundas y efectivas se encuentran ministerios, programas y planes gubernamentales que ofician de efecto placebo a modo de aquietar el malestar social que bulle en la provincia, como en todo el país.

Así es que la problemática indigenista no es ajena al contexto citado, usada como caballo de batalla, para la farandulización electoral, los Urtubeys que pueblan la elite conservadora, se agita con sólo pensar que en estas elecciones pudiera del estrato popular, surgir un referente que dispute poder. Los derechos arrebatados en la actualidad, son la razón por la que los privilegiados duermen inquietos. 

Retomamos la mirada a la imagen de la nota y volvemos sobre la condición actual de las mujeres y Salta, sin dudas, es un lugar peligroso bajo las órdenes, la impunidad y las ambiciones del patriarcado.

Ph: Nadia Tudor

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