Sospechan del operativo para dar con una joven wichi desaparecida

La división policial de Trata de Personas fue mencionada en una nota de un medio digital oficialista. Allí aseguraban que Ana María por propia voluntad permanecerá en la localidad bonaerense de La Matanza, luego de haberse ido de su comunidad originaria sin equipaje, ni explicaciones sobre el primer viaje que emprendía a un destino alejado y desconocido como Buenos Aires.

Con la adhesión de varias organizaciones civiles y las pertenecientes a las comunidades wichí, hicieron saber las razones de su desconfianza sobre el estado real de Ana María Gray en Buenos Aires.

Por medio de la presente, manifestamos nuestra preocupación acerca de la integridad física de Ana María Gray, mujer wichí de 32 años, que desapareció de su comunidad el día 6 de enero.

Un medio de la prensa local difundió en horas de la tarde de ayer que la policía de Buenos Aires habría hallado el actual paradero de la mujer y que esta manifestó que está bien y se fue de su hogar en el medio del monte salteño a una pobrísima localidad de  Buenos Aires como lo es La Matanza a vivir con una supuesta pareja amontonada con varias chicas por “propia voluntad”.

Frente a tan irresponsables  declaraciones de un conocido medio de la prensa local: llamamos a la reflexión y a la sensibilidad al conjunto de la población de Salta y del país, y hacemos saber que la búsqueda de Ana María no cesará hasta que ella se reencuentre con sus pequeños hijos y les de un abrazo a sus padres y a toda su comunidad que la buscan y la lloran desesperadamente y que ratifican que de ninguna manera Ana María se hubiera podido ir por propia voluntad.

Una conducta no habitual

Ana María Gray es madre de dos hijos mellizos de 9 años, una nena y un varón, nunca los ha dejado solos, es además hija del anterior cacique de la comunidad, Sixto Gray.  Las mujeres wichí criadas en sus tradiciones no dejan a sus hijos ni andan solas, no dejan la comunidad. Ana María no conoce Buenos Aires, por eso las veces que intentó comunicarse con su familia desde su cautiverio no pudo dar precisión de su paradero y mencionó dos localidades diferentes de la zona oeste del conurbano bonaerense: La Matanza y Merlo.

Ana María nunca dejaría a sus hijos. Cada vez que preguntamos a todos entre sus conocidos responden lo mismo. No se iría de su comunidad, menos a vivir hacinada con un montón de mujeres desconocidas. Esto no lo entendió el conocido medio de Salta cuando hablamos de caso de trata en donde la víctima busca por todos los medios comunicarse con su familia desde su cautiverio para que la encuentren pero además también para que la rescaten. Salvo que les interese más tergiversar la información que darla a conocer.

PROTOCOLO CONTRA LA TRATA DE PERSONAS

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No es el mismo el protocolo frente a una denuncia de búsqueda de paradero que a una por trata: se incumplió con el protocolo en todo momento. No se tenía que buscar paradero. De hecho la familia dejó en la Justicia el número desde el cual Ana María había intentado comunicarse días después de su desaparición. Lo que tenía que hacer la justicia es dar orden de que se la rescate y devuelva con su familia. Lo que tenía que hacer  la prensa es ser solidaria con la búsqueda de Ana  María y con el reencuentro con su familia, no difamar a Ana María, replicar el discurso heteropatriarcal hegemónico y contribuir a que la opinión pública conformada por la sociedad criolla y blanca salteña repita un discurso misógino y racista insostenible. Siempre pasa lo mismo a nuestras mujeres, va la policía constata el domicilio y las deja libradas a su suerte. No pasa nada más. Y como son mayores de edad a nadie les importa. Pero no. Va solo la policía que en la mayoría de los casos son de los casos son cómplices.

Si fueran a cada allanamiento con una psicóloga del programa de rescate sería diferente.

La familia y la comunidad han puesto todos los datos a disposición. Se han tenido que transformar ellos mismos en detectives. Para qué? Para recibir maltrato de las autoridades locales y de cierto sector de la prensa y por ende de la sociedad.

El domicilio constatado hasta el momento podría cambiar dentro de las próximas horas y podríamos estar lamentando otro hecho aún más grave. Pero además ni la policía ni el medio han puesto a circular ninguna imagen o audio, ninguna declaración fehaciente de boca de Ana María.

Por todo lo anterior, hacemos responsable a la fiscalía de Apolinario Saravia de cualquier cosa de gravedad que pudiera llegar a ocurrir sobre la persona de Ana María Gray que perjudicara aún más su situación, la distancia de su comunidad y de sus hijos y su integridad física, ya que hasta el momento no pasó la investigación a instancias federales.

 De acuerdo a la orden enviada por la policía con respecto a la publicación de la búsqueda de la joven ya habían pasado 9 -nueve- días de su desaparición violando todo protocolo nacional e internacional, que dice que las 12 -doce- primeras horas son las fundamentales luego de que desaparezca una persona.

De igual manera responsabilizamos al estado provincial y nacional y a la prensa local alineada con el poder de difamar a una mujer indígena,   sabiendo que la zona donde desapareció es una región donde desaparecen a menudo niñas y mujeres pobres e indígenas para la trata.

Pedimos solidaridad al conjunto de las organizaciones de derechos humanos, indígenas, feministas, de Salta y de Buenos Aires, para que Ana María Gray se reencuentre con su familia y comunidad en Apolinario Saravia, Salta.

Firma este comunicado su familia y su comunidad y las organizaciones, entras las cuales, figuran:

*Mision emanuel Dios con nosotros.

*Fundación Volviendo a Casa.

*La Mesa por la Libertad de los WICHI

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