Entre 500.000 y un millón de especies de plantas y animales podrían desaparecer en los próximos años, es el pronóstico que realizan especialsitas del Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services (IPBES) tras una evaluación global.
La plataforma científica independiente que estudia el estado de la biodiversidad a nivel mundial realiza ”evaluaciones que buscan dar mensajes contundentes para dar alternativas a los tomadores de decisiones”, explica Ana María Hernández, presidenta del organismo.
“Más de la mitad de las especies endémicas del Caribe y el 40 por ciento de las de Mesoamérica están en situación de riesgo”, señala la cientifica apuntando a especies marinas y mamíferos.
El factor humano también atenta contra los hábitats. “En Colombia todas las especies endémicas asociadas a los páramos están en riesgo”.
Respecto a dos cultivos emblematicos de Latinoamérica advierte respecto a la pérdida de diversidad de papas y maíz en la región debido a que “cada vez que hacemos más hibridación con plantas comestibles debilitamos su expresión genética”.
La deforestación
Entre 1990 y 2015 la cobertura forestal mundial se redujo de 4.280 millones de hectáreas a 3.990, un 7% aproximadamente.
En el caso de América Latina y el Caribe, en estos datos se incluyen los recopilados en una evaluación de todo el continente americano que se dio a conocer el pasado año. “De acuerdo con la Evaluación de las Américas de IPBES, en comparación con la situación anterior a los asentamientos europeos, el 72 por ciento y el 66 por ciento de los bosques secos tropicales en Mesoamérica y el Caribe, respectivamente, el 88 por ciento de los bosques tropicales del Atlántico y el 17 por ciento de la selva amazónica de América del Sur se han transformado en paisajes dominados por el hombre”.
El 40 por ciento de la población no tiene acceso a agua limpia y potable.
“Algunas importantes ciudades en Sudamérica enfrentan severos episodios de escasez de agua durante algunos periodos”, ejemplificando con los casos de Bogotá, Quito, La Paz, y Lima.
Por otro lado, cerca del 75 por ciento de las principales reservas de peces se encuentran actualmente agotadas o sobrexplotadas. “Las especies de peces nativos del Caribe continúan disminuyendo por intervenciones como construcción de presas, contaminación y sobreexplotación”. Precisamente, estos dos últimos factores se encuentran entre las cinco causas directas de la pérdida de biodiversidad mundial, según revela el informe. A ellas hay que sumarle el cambio de usos de la tierra y del mar, el cambio climático y las especies exóticas invasoras.
Un centenar de expertos recopilaron datos sobre el estado de la biodiversidad en la región que se han incluido en la evaluación global.
Estamos a tiempo
El informe presenta varios escenarios, pero todo dependerá de “si seguimos haciendo las cosas como las estamos haciendo o si cambiamos los patrones”. En esto cobran relevancia los tomadores de decisiones, porque aunque los datos sean devastadores, aún queda espacio para la esperanza.
Para la presidenta de IPBES existe un “reto global”.“Hay que adoptar enfoques transformativos” (…)“hacemos recomendaciones para políticos, no somos prescriptivos”.
Es necesario involucrar también al sector privado. Sin ellos, los desafíos serán difíciles de lograr.
Mientras llegan las decisiones y los cambios, el organismo ya está trabajando en el nuevo programa que va hasta el 2030 “con evaluaciones que están revisando las problemáticas que se identificaron en la evaluación global”. Entre éstas se encuentran un documento técnico sobre cambio climático y biodiversidad y otro que vincula la biodiversidad y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente los asociados a la alimentación, el agua, salud y cambio climático.
América Latina alberga a más de un centenar de especies exóticas invasoras, entre ellas el pez león, “En este momento, clasificamos el panorama de las especies invasoras” (…) “todavía las estamos identificando, algunas son voraces”.
Además de investigar su comportamiento, la plataforma científica está estudiando el uso sostenible de la biodiversidad de las especies silvestres y está llevando a cabo una evaluación metodológica sobre cómo entender la biodiversidad para la sociedad, en cuestiones vinculadas con la economía.
Es la primera vez que alguien de Latinoamérica encabeza la plataforma.También es la primera vez que lo hace una mujer. “Eso es muy significativo en un mundo como el de la ciencia, donde los hombres han estado más al frente, pero en la última década ha empezado a haber una equidad de género”, considera.
La comunidad científica latinoamericana está participando en estas investigaciones, ya que además de contar con dos copresidentes, Sandra Díaz de Argentina y Eduardo Brondízio de Brasil, también hay expertos de México, Argentina, Venezuela y Colombia. Asimismo, “esta evaluación se abrió a recomendaciones dos veces por parte del público y recibimos comentarios muy útiles de México y Colombia”, subraya Hernández.