“se te ve recagada de hambre negrita lakra K. jajajaja. Que tal la jodita y el choreo masivo de los lakra K? Te gusta como ahora tenemos que pagar la fiesta y su choreo.? Y vos estás gordita negrita choripanera k, no te veo con hambre. Es más vivís de joda segun tus publicaciones…” Escribe el licenciado en Inglés egresado de la UCASAL, docente en esa Universidad CATÓLICA; en su perfil de la red social FACEBOOK. Con un inusitado nivel de violencia verbal, el PROFESIONAL, insiste en decirle a la emprendedora Bárbara: “Te lo repito. Sos una basura k. Y te describo la roña que sos negrita. Se ve que hambre no. pasas y vivís de joda. Lakraaaaaa”
Gustavo Zaplana además tiene la fotografía de su persona que prueba y se condice con sus datos laborales y no obstante, comete la agresión, persecución y violencia de género hacia Bárbara, constiuyéndola en las redes como víctima de algo que excede la simple opinión contraria en temas políticos.
“No respondiste a mis preguntas? No viste los videos? Te los público de vuelta. Vos defendes eso lakrita….te acordas cuando la chorra salió cagandose de risa de los muertos en la tragedua de 11? Y te acordas cuando veto el 82% móvil para los jubilados?Ella sale hablando. Ah te olvidaste picarona K… la ratita sinwerwencha k se olvida de lo que salió diciendo la chorra y asesina que defiende, verdad barbara? Te olvidaste ratita K. Espero las respuestas a mis preguntas lakrita” Gustavo Zaplana expone sin dudas las falencias de un sistema universitario sin control sobre la conducta moral, ética y social de su plantel docente.
Misoginia, discriminación, acoso, su discurso ideológico denota lamentables hechos tipificados en los códigos procesales correspondientes que a la currícula esperable de un profesor.
Sucedió en Salta, ante los ojos de millones de personas en el mundo virtual, no es la campaña electoral, sino el odio enquistado en una clase económica y social que no cree en la democracia y que lamentablemente considera la impunidad como un privilegio constituido.
Qué es la ciber violencia y el maltrato a la mujer en las redes sociales
La Ciberviolencia de género es aquella violencia desarrollada frente a la mujer que se sustancia en el mundo virtual, utilizando las nuevas tecnologías como medio paran ejercer daño o dominio (Estébanez, 2013). Se trataría del traslado de la violencia de género a la realidad online, donde se “digitalizan” las situaciones violentas, intimidatorias y los mecanismos de control. La
ciberviolencia de género puede tomar varias formas como el cibercontrol y el ciberacoso, que se sirven de Internet y las redes sociales como arma para anular y dominar a la víctima, pudiendo manifestarse, también, a través de modalidades como la cibermisoginia y la ciberviolencia simbólica que instituyen como víctima a la figura de la mujer, que se ve denigrada(…) comenta un informe al respecto de Patricia García Rosales. En el mismo, agrega “Las redes sociales nacieron con el fin de ofrecer a los usuarios una plataforma de comunicación a través de Internet, facilitando la creación de redes en base a criterios comunes y permitiendo la conexión e interacción con otros usuarios (Aparicio, 2014), no obstante, su uso se ha devaluado a funciones que
transcienden su fin inicial, capacitando a los usuarios para la reproducción de conductas violentas frente a diversos actores, entre los que aparecen, con gran asiduidad, las mujeres”.
Precedentes judiciales sobre el mal uso de las redes sociales y la violencia verbal
Un juez sanjuanino, reconoció que con la cadena producida por WhatsApp, “podemos en un momento de consulta de re-envío y etiquetación de algún mensaje convertirnos en testigos de ciber-acoso”. Hoy las redes sociales-internet-son la principal fuente de comunicación ya que por su cantidad de usuarios registrados se puede conocer gente, amigos, etc. que tiene un gran beneficio, pero también tiene sus contras que son capaces de generar hechos ilícitos sobre todo si se la usa sin responsabilidad”, subrayó el juez Grossi Colombo, que calificó como “un tema de responsabilidad moral” la cuestión. “En las redes cualquiera hace cualquier cosa” “muchas veces las víctimas del ciber-acoso como las de acoso en la vida real, tienen síntomas de estrés, humillación, ansiedad, depresión entre otros, incluso puede producirse después del derrumbe emocional que este se repliegue socialmente”, y sobre ese punto admitió que “para la cadena producida por WhatsApp, transmitiéndose uno tras otros, todos como usuarios y receptores de mensajes, chat, podemos en un momento de consulta de re-envío y etiquetación de algún mensaje convertirnos en testigos de ciber-acoso (molestias-perturbación)”.
“Cuando el comentario subido y distribuido en la red es incomodo, hiriente o falso da pie para que el afectado como en el caso que nos ocupa ejerza la denuncia contra la autora, quien no por el hecho de agregar a una fotografía un texto que se distribuye por un medio de almacenamiento -teléfono celular- a través de una cuenta creada en una red social quede eximida de culpa.-
Si bien el campo del cyber delito es novedoso para la Justicia, se lo tiene en cuenta y se actúa conforme a Derecho, como el campo concreto de las relaciones cotidianas. Se puede, por ejemplo, también citar: aquello realizado por la Justicia de Rosario cuando ordenó el cierre de una cuenta anónima de Facebook donde se denunciaron injurias e insultos sobre una supuesta “explotación laboral” en un negocio. “No hay duda que el derecho al honor es uno de los principales bienes espirituales que el hombre siente, valora y sublima colocándolo dentro de sus más preciadas dotes. Es una cualidad moral del ánimo, que puede ser herida, sufrir menoscabo, y que suele ser defendida con el mismo ahínco, con la misma fuerza de quien se afana entre la vida y la muerte. ” expresó la sentencia, en la que el magistrado agregó: “el honor es un bien personalísimo, innato del hombre, nace con él, puesto que lo lleva formando parte elemental de su naturaleza. Es imposible desconocerlo a partir de que se es persona y hasta que se deja de serlo. Honor tiene el nasciturus, el menor impúber y el adulto, el loco, el delincuente y la ramera. No ha de considerarse entonces, como una manifestación prescindible que en algún momento pueda desaparecer, o que sólo dependa de una alta posición, de la procedencia y el ancestro, de una conducta intachable, ni que esté supeditada a la opinión ajena o a la calificación de los demás”.
El titular del Juzgado también manifestó que “de la publicación mencionada se desprende una afectación del Derecho a la Intimidad que comprende el derecho de controlar la información relativa a ciertos aspectos de la vida entre ellos, los datos verídicos pero reservados al conocimiento del sujeto o de un grupo reducido de ellos, cuya divulgación o conocimiento por otros apareja algún daño”. “En virtud de tal derecho, el sujeto tiene la potestad de oponerse a toda investigación de su vida privada por terceros y a la divulgación de datos que, por su naturaleza, estén destinados a ser preservados de la curiosidad pública. Así, quedan comprendidos en el ámbito del derecho a la intimidad aspectos relacionados con la vida familiar, afectiva o íntima”
Es dable mencionar que las conductas agresivas en las redes sociales pueden propender a lo que se conoce como “linchamiento social” un modo colectivo de persecución por diferentes motivos, en el expuesto en esta nota, se observa el amedrentamiento por cuestiones políticas, pero por sobre todo, porque es una mujer, en este caso Bárbara quien es ofendida, discriminada, estigmatizada por su adhesión a un sector partidario, además de hostigada por su condición física, apariencia y clase social. El perfil perteneciente al docente Zaplana que incurrió en tales faltas graves, expone lo peor de una sociedad que utiliza la tecnología en detrimento de las personas, afectando y lesionando su buen nombre.
Las huellas digitales que guarda la Big Data
Es importante que todo acoso, hecho violento y/o persecutorio, sea inmediatamente denunciado a la Justicia. HABLAR Y DEMOSTRAR que se ha sido víctima en las redes es también parte de la lucha #NiUnaMenos #NoNosCallamosMás #BastadeCiberViolencia
Antecedentes del troll
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