Un juicio con protección corporativa

Bertha sigue de cerca el proceso en contra del ex magistrado Ricardo Lona. Separado de todo contacto con el público que asiste a esta instancia judicial, Lona no podrá ver, ni escuchar, ni percibir, la honda molestia de quienes de un modo u otro han sido perjudicados por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar acontencida en Argentina y que implicaron 30 mil desaparecidos. Entre ellos, el gobernador por Salta, Miguel Ragone.
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“El privilegio de ser juez, todos sabemos que el actual gobierno ha privilegiado como política de estado dudar de los avances impulsados por los organismos de DDHH, en materia de Memoria, Verdad y Justicia, empezando por intentar implementar el 2×1 a los genocidas, negar la cifra de desaparecidos, eliminar la querella del estado en algunos casos, el retraso de los juicios de Lesa Humanidad, el cierre y quita de presupuesto a los centros de Memoria y programas determinados a ese fin, etc., ayer en Salta se realizó el inicio del juicio al ex juez Ricardo Lona, por la desaparición y muerte del ex gobernador Miguel Ragone, único ex gobernador desaparecido más el crimen de Santiago Catalino Arredes y ataque a Margarita Martínez de Leal (testigos del secuestro), audiencia de debate que todos esperábamos y que lleva 43 años de impunidad, 15 años de suspenso sistemático acordé a lo que la justicia implementa cuando no quiere juzgar, nos encontramos frente a un juicio “oral y público” con todas las características de lo que no debe ser, no se pudo ver al acusado en las primeras horas – sin público, no se pudo escuchar al tribunal – no fue oral, se negó la presencia de la prensa justificando el poco espacio de la sala, sala intencionalmente determinada para generar obstáculos de promoción, hablamos de un juicio histórico de relevancia nacional e internacional, con características claras de injusticia, con jueces cómplices del cómplice de lo que fue la terrible época nefasta del Terrorismo de Estado y genocidio argentino, como corolario de lo que fue la peor audiencia por su motivada espera, no hemos encontrado con un ex juez Federal, mimado y abstraído de la justicia, agradecido por esto al tribunal y consecuente con sus pares, el juez Ricardo Lona que tiene el beneficio de la prisión domiciliaria por la masacre de Palomitas, llegó al tribunal, abierto para su protección, antes de las 6:00 de la mañana, y salió de él como cualquier imputado sin características de “persona procesada y detenida” con las manos libres y sin esposas a la calle, señores jueces estamos hablando de un cómplice del genocidio, dónde está la igualdad, la justicia, la neutralidad de sus actos, dan asco, mientras protegen al genocida Lona, para que no sea observado al ingreso y egreso del tribunal, en la ciudad judicial pasean y exponen niños “con problemas judiciales” en los pasillos sin garantías constitucional… Será Justicia?”
Bertha Lozano, dirigenta política PC, miembro de la agrupación HIJOS Salta.

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