En el socialdemócrata SPÖ, uno de los promotores de la moción, calificaron su aprobación como “un gran triunfo para los consumidores, el medioambiente, la protección de los animales y los derechos humanos”.
En los últimos días el acuerdo ha sido muy criticado en Europa debido a los incendios forestales en el Amazonas, especialmente en Brasil, que han generado dudas sobre los compromisos de algunos países del bloque sudamericano con el cuidado del medio ambiente.
También, desde el principio los agricultores europeos, sobre todo en Francia e Irlanda, se manifestaron en contra del pacto ya que consideran que no podrán competir en igualdad e condiciones con los productores sudamericanos.
El partido conservador ÖVP, actualmente el de mayor peso en el Parlamento, apoyó inesperadamente la propuesta, mientras que el ultranacionalista FPÖ aseguró que el acuerdo “es historia” y que Austria no puede arrodillarse ante los intereses de la industria, sector que promueve con mayor fuerza el pacto.
También Los Verdes, que no están en el Parlamento, defendieron la necesidad de detener lo que calificaron de “acuerdo nocivo”.
El comunicado desde el sitio oficial del parlamento de Austria
Austria celebrará el próximo día 29 elecciones generales anticipadas, de las que saldrán un nuevo Parlamento y un nuevo Ejecutivo, que sustituirá al actual gabinete de expertos, en el poder desde el pasado junio tras una crisis política que acabó con la coalición entre conservadores y ultranacionalistas.
El nuevo Gobierno estará obligado a aplicar este veto en el Consejo Europeo, donde están representados todos los países de la UE y que debe ratificar el acuerdo, junto con el Parlamento Europeo y los Estados miembros.
Esto ha puesto en serias dudas la continuidad del acuerdo, ya que para su entrada en vigor debe ser aprobado unáninamente por los 28 miembros del Consejo Europeo, y un veto es suficiente para que caiga.
Sin embargo, aún falta mucho tiempo para que el texto sea sometido a votación, ya que por el momento el documento se encuentra en un largo proceso de chequeo legal y su posterior traducción a todas las lenguas de la UE. Según diferentes proyecciones, esto podría tardar hasta dos años.
El pasado 28 de junio, la UE y el Mercado Común del Sur (Mercosur) -integrado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay-, finalizaron tras 20 años de negociaciones el acuerdo comercial, que todavía debe ser ratificado para entrar en vigor tanto en Europa como en los parlamentos de los países de América del Sur que son miembros.