“De esto se sale colectivamente”

Si a algo nos lleva la crisis pandémica y la cuarentena del COVID-19 es a pensar. Replantear nuestros días, nuestros vínculos, a volver preciado cada momento que pasábamos en comunidad, ya sea laboral, con amigos o familiares.

 Y si apreciamos eso, podemos ver, desde este atípico momento la importancia que tiene la comunidad en nuestras vidas.  Ese rol integrador de nuestra felicidad y rutina y no desde el que siempre enfocamos que es el individualismo de nuestras propias realidades para mirar a otros.

Así como esto desnuda una realidad colectiva, también desnuda una realidad criolla, el argentino está acostumbrado a ser muy fraterno, por eso, estos días para los que tenemos responsabilidades de emergencia y no podemos guardar cuarentena, nos costó mucho cambiar hábitos como el  saludo, pero a la fuerza y por el bien de todos, se hace.

Se guarda distancia para hablar, se lava las manos constantemente, se estornuda en el brazo, no se saluda más que con el codo, se hace lo que se puede, expuestos estamos todos lamentablemente.

Los primeros días de cuarentena  fueron salir y ver una ciudad vacía. Pocos autos en la calle. Hospitales armados de emergencia, en cada distrito y en cada espacio social.

Se retomó las obras inconclusas desde la  gestión de Cristina Kirchner; reactivadas por el propio Presidente Alberto Fernández, además de  la deuda sobre la Salud Pública, ahora sobre exigida.

Además del incremento de personas circulando pasada la primera etapa de la cuarentena al  31 de Marzo, hasta el día de pago de beneficios otorgados por el gobierno nacional a pensionados, jubilados y beneficiarios de programas sociales, los más vulnerables, los que peor la pasan siempre y esta vez tampoco es la excepción.

A todo ese descontrol  de ese día en los bancos, se vio una resolución desde los altos mandos con gran rapidez. Al día siguiente todo fue diferente, retomando la tranquilidad por decisión del propio gobierno, interfiriendo donde debía y desde su máxima autoridad.

Es verdad que el pueblo argentino es solidario, pero no tiene la disciplina social de otros pueblos, como el chino, así que se nos complica un poco. Lo importante son las reglas claras, explicadas francamente y el no ocultar la gravedad de la situación.

La comunidad organizada tiene en estos tiempos; el doble de trabajo de lo normal. Sostener los espacios sociales es complicado todos los días.

En cuarentena, aislados en sus propias casas  y realidades adversas, también surgen más fuertemente los casos de violencia intrafamiliar a manos de violentos.

Con un aumento de los casos de violencia, por lo que su contención debió expandirse a toda compañera en territorio que conociera del tema, para poder ocuparse, ya que ni viendo casos graves las comisarias o los juzgados; trabajaron en resolver nada, al contrario, hay más desidia de la habitual.

Mientras el dilema es que los jueces se bajan una parte del sueldo millonarios que cobran, pero no trabajan, la comunidad organizada, el gobierno y sus funcionarios están todo el día exponiéndose. Ni hablar de las fuerzas de seguridad y salud, que se merecen todo el reconocimiento y cumplen largas jornadas tratando de contener con lo que hay y que esto no se expanda.

Nos gustaría ver en algún fiscal o juez, el mismo compromiso y a la realidad no la puede nublar nadie por más medios que tengan.

Sólo nos salvaremos si nos cuidamos, todos, a los que ganaron siempre, habrá que pedirles que esta vez ganen menos y sostengan el trabajo. A los que cuidan nuestra salud, habrá que cuidarlos en todo lo que se pueda, ayudarlos y agradecerles. De esto se sale, aislados, pero colectivamente.

   

Agradecemos esta nota de opinión a  ROCIO ELIZABETH OLGUIN – Asociación Acción Para el Desarrollo y la Igualdad

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