Ante la emergencia sanitaria por el coronavirus el INTI trabaja en el diseño y producción de un respirador de bajo costo para proveer a centros de salud.
Uno de los mayores desafíos que enfrentan los sistemas de salud de todo el mundo ante el avance de la pandemia por COVID-19 es la posibilidad de contar con el equipamiento de terapia suficiente para atender a aquellos pacientes en estado crítico que desarrollan insuficiencias respiratorias.
Con el objetivo de que nuestros hospitales puedan contar con una mayor disponibilidad de este tipo de equipos, desde el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) se trabaja en el desarrollo de un respirador de bajo costo -en base a un proyecto propuesto originalmente por el Massachussets Institute of Technology (MIT)- con vistas a tenerlo en funcionamiento a la brevedad.
El proyecto se basa en la automatización de una bolsa de ventilación manual de siliconas (comúnmente conocida como AMBU —Airway Mask Bag Unit), un dispositivo que los hospitales utilizan como apoyo respiratorio en situaciones de emergencia. Se trata de un sistema simple, que utiliza un motor para accionar una leva, que, a su vez, comprime la bolsa del resucitador manual y lo libera ajustando el volumen de aire suministrado en cada inhalación, la frecuencia de bombeo y la relación entre inhalación y exhalación, entre otros parámetros.
De acuerdo con lo manifestado por el Presidente del INTI, Rubén Geneyro, la principal fortaleza de la iniciativa es precisamente la articulación público-privada y la complementariedad de esfuerzos para acelerar los tiempos de desarrollo.
“Hemos decidido fusionar nuestro proyecto con la iniciativa AMBU-AUT de la empresa MW S.A., liderada por Rafael Dahl, a partir de la convergencia entre ambos desarrollos y la posibilidad de obtener una escala de producción en el orden de mil equipos por día. También estamos incorporando al proyecto a clientes tradicionales del Instituto, como Aeromedical, Metalcrafter, Microlux y Fia Implantes, con capacidad de inyección en ambiente controlado y métodos de esterilización y envasado validados por ANMAT para la fabricación de los AMBU. Todo ello es muy importante para garantizar el cumplimiento de los estándares sanitarios”.
Además, tuvo lugar una reunión en el Parque Tecnológico Miguelete —sede central del INTI— la semana pasada con autoridades de Fabricaciones Militares, quienes destacaron las ventajas que presenta el proyecto con relación a otras iniciativas, y también con especialistas de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) y los especialistas que articulan con ANMAT para ajustar las funcionalidades del equipo y poder comenzar con los ensayos preliminares lo antes posible.
“Ante la emergencia desatada por el COVID-19, debemos hacer un reconocimiento al compromiso y el esfuerzo que profesionales y técnicos del INTI están realizando para concretar este proyecto y brindar un aporte desde el Instituto”, finalizó Geneyro.