En el día internacional de la lucha contra el maltrato infantil, todos los derechos humanos los incluye.
Los militantes de los organismos de Derechos Humanos tenemos una ardua tarea de observancia en esta coyuntura de coronavirus, aislamiento y encierro programado, de ninguna manera somos obstáculo para ningún gobierno a la hora de llevar adelante sus políticas de estados o recomendaciones de la OMS, al contrario, nos sumamos a controlar que las misma se cumplan, pero que lo sea sin llevar adelante violaciones de Derechos.
Estamos atravesando un contexto de absoluta inferioridad respecto la pandemia, debemos prepararnos y preparar a lxs que nos rodean para salir victoriosxs entre todxs, entonces, es el momento de priorizar las personas, es el momento de garantizar los Derechos Humanos sobre cualquier otra prioridad que se pudiera suponer más importante que el ser humano en cualquiera de sus estados, no podemos permitir que el estado responda con violencia nuestras necesidades.
Cuando vemos a lxs presxs reclamando seguridad sanitaria, no podemos suponer que lo hacen desde la incoherencia del encierro suponiendo que no corren peligro allí adentro, se viene advirtiendo que la preocupación de lxs presxs hacinados es la gran preocupación de quienes defendemos sus derechos como personas, sin cuestionar la condición de presxs, el hacinamiento nos ha llevado a que expresemos la necesidad de revisar sus estados judiciales, sus condenas, sus penas, la tipificación de sus delitos y en base a ello la prisión domiciliaria como beneficio preestablecido, esto a los fines de evitar el hacinamiento y por el tiempo que demore la necesidad del aislamiento preventivo, excluyendo claramente a aquellas personas que cargan con delitos comunes graves, incluidos los de Lesa Humanidad, ya que no se encuentran incluidos en ninguna excepción recomendada ni en la norma.
Nos encontramos permanentemente en defensa de los sectores vulnerables, nos referimos a los desde siempre vulnerables y a los transitoriamente vulnerables, entendiendo que en ningún caso el Estado debe dejar de lado la protección de sus derechos, entre ellxs, a lxs que se encuentran en situación de encierro (presxs), a lxs adultxs mayores, a las comunidades indígenas, a lxs niños, a lxs sin techo, a las víctimas por razones de género y a lxs pobres estructurales, sin que esto signifique un orden de prioridad entre ellxs, vamos a seguir observando, especialmente a los gobernantes y su interacción con éstos sectores, tanto desde la presencia, como desde la ausencia propia de la indiferencia de un Estado que no genera políticas para ellxs, aunque debamos agregar que la presencia estatal muchas veces o casi siempre, se presenta con políticas represivas y como Estado terrorista, por lo que no debemos dejarla pasar.
Entendemos que en todos los sectores vulnerables precedentemente mencionados se encuentran niñxs, por lo que la urgencia de responder con medidas preventivas y de asistencia a sus necesidades es inevitable, toda vez que en éste contexto de COVID-19, las mismas se resienten, se multiplican y por ende genera desesperación, entendiendo y considerando que ninguna medida debe vulnerar derechos fundamentales que garanticen una vida digna, es que debemos insistir, sin que esto moleste a nadie, en que se deben tomar medidas interinstitucionales, interdisciplinarias y de carácter urgente en la provincia de Salta, de manera que la desesperación no lxs lleve a reaccionar como ocurrió en las distintas cárceles del país, pues, se tratarían de reclamos legítimos.
AUTORA (Bertha Lozano)