Ramón Oscar Luna está acusado del intento de femicidio de su pareja en la cárcel, durante una visita. Reconoció el plan ante las preguntas realizadas por el fiscal Ricardo Toranzos sobre el tenor de las cartas que había dejado, de acuerdo a las cuales pensaba suicidarse después de perpetrar el crimen.
En el marco del juicio que se sigue al ex policía provincial Ramón Oscar Luna por tentativa de femicidio doblemente agravado por el vínculo y violencia de género, y lesiones a dos guardias, surgieron elementos de prueba durante las audiencias celebradas el 22 y el 29 de abril pasado que, a consideración de la fiscalía, comprometen al acusado. Este jueves 13 de mayo las partes podrán valorar lo ocurrido en el debate, cuando se lleven a cabo los alegatos.
Luna está siendo juzgado desde el 30 de marzo pasado por un hecho ocurrido el 17 de enero de 2020 en la planta alta del Complejo Penitenciario NOA III, ubicado en la ciudad de General Güemes, donde permanecía alojado en el marco de una causa penal por delito de narcotráfico.
Ese día, el acusado recibió la visita de su concubina alrededor del mediodía, con quien se dirigió al sector de visitas conyugales y ocupó la habitación 1. Poco después atacó a su mujer armado con un cuchillo y fue detenido por dos guardias.
A lo largo del debate, prestaron declaración numerosos testigos, entre ellos guardias, psicólogos y psiquiatras, una hermana de la víctima y la mujer que fue atacada, quien resultó con una grave herida de arma blanca en el cuello.
Luna también prestó declaración indagatoria, instancia en la que terminó por reconocer el plan homicida que se frustró por la intervención de un guardia. “Si está escrito así, no lo voy a negar”, confirmó el acusado respecto a cuatro cartas que había dejado escritas en las que daba detalles de la planificación, que incluía su suicidio. Las misivas estaban dirigidas a dos hijas, a su suegra y a un juez federal.
La víctima fue contundente respecto a las agresiones previas y el maltrato que sufrió a manos de Luna, y reveló su temor al imputado, sobre quien dijo que le aseguró: “Cuando salga, te voy a matar”.
Consciente de sus actos
En sus declaraciones en el juicio, diferentes peritos confirmaron que, al momento del hecho, Luna era consciente de sus actos. Los guardias que intervinieron en el hecho también fueron determinantes al sostener que el acusado, en todo momento, intentaba liberarse para culminar con su accionar asesino hacia la víctima.
En el juicio, el fiscal Toranzos, titular del Área de Caso Complejos, destacó que la visita de la concubina fue planeada por Luna, quien para ello destinó una suma de 10 mil pesos, de su peculio, con lo cual logró que la víctima se presente el día del hecho.
Al respecto, el fiscal – asistido por el auxiliar fiscal Facundo Mirabella y la investigadora Evangelina Navarro- interrogó a personal del Servicio Penitenciario Federal, que dio detalles de los trámites realizados por Luna para la disposición del dinero y confirmó que esa suma se pagó a través de un cheque.
Al ser indagado por la fiscalía, Luna reconoció haber dispuesto ese dinero para su concubina, a quien le pidió que se presente a retirarlo. La víctima también lo confirmó y agregó que el acusado le pidió que fuera sola, sin la hija menor de ambos.
Por otra parte, la fiscalía probó también que Luna había logrado ocultar un cuchillo de la vista de los guardias, el cual utilizó para atacar a su concubina tras una discusión respecto a la continuidad de la relación.
Último beso
En su declaración testimonial, la víctima reveló que Luna, quien era excesivamente celoso, le reclamaba por otras relaciones. Indicó que cuando finalmente le informó que ya no iba a seguir con el vínculo, el acusado le pidió un último beso.
La mujer, quien estaba recostada en la cama, accedió y fue entonces que Luna se le tiró encima, le dio el beso y enseguida le colocó el cuchillo en el cuello, haciéndole un corte de lado a lado. “Sentí algo caliente”, dijo la mujer en referencia a la herida.
Explicó que, como pudo, le tomó las manos a Luna y, mientras gritaba por auxilio, luchó por su vida hasta que un guardia ingresó y se arrojó encima del acusado, quien, en el fragor de la pelea, hirió al efectivo y a otro más que se había unido para reducirlo.
En su relato, la mujer fue contundente respecto a las agresiones previas y el maltrato que sufrió a manos de Luna, como al excesivo control que ejercía por los celos que tenía, y reveló su temor al imputado, sobre quien dijo que le aseguró: “Cuando salga, te voy a matar”.
En otro tramo del debate, Luna declaró y prácticamente reconoció la autoría de los hechos. En un primer momento, evitó referirse al ataque, explicó que quería era matarse y acusó a su pareja de tener otras relaciones.
Luego, ante el interrogatorio del fiscal, terminó por reconocer su accionar homicida. Explicó que logró pasar el cuchillo ocultándolo dentro de un envase en el que llevaba un bizcochuelo, el cual no le revisaron. “Nunca me revisaban”, explicó.
El acusado explicó que logró pasar el cuchillo ocultándolo dentro de un envase en el que llevaba un bizcochuelo. “Nunca me revisaban”, dijo.
“Yo no perdono”
Luego, el fiscal leyó algunas de las cartas que el acusado había escrito respecto al hecho, que estaban dirigidas a dos hijas, la madre de la víctima y al juzgado federal. En todas ellas, Luna pedía disculpa por lo que iba a hacer, explicaba los motivos, siempre adjudicados a que su pareja lo había dejado de amar, para con ello justificar su plan, que incluía matar a su pareja y quitarse la vida.
“Que Dios, si existe, me perdone lo que decidí hacer” y “los cuidaré a ustedes y a mi hijita desde el lugar que Dios me mande a descansar”, fueron algunas de las frases escritas por Luna a su suegra, a quien también le dio indicaciones sobre sus bienes.
En otra carta dirigida a otro familiar, Luna le anunció que “mañana va a ser un día muy difícil para mí y toda mi familia que me quiere… No te sientas culpable de esto, aprende que no hay que tener lástima a nadie, bueno con los buenos y malos con los malos, de donde esté te iluminaré todos los días”. “Sé fuerte, yo no perdono, si existe un Dios, él es el único que puede perdonar si uno lo merece sino no”, escribió el acusado en las carta leídas en la audiencia por el fiscal.
En la misiva dirigida al juzgado, Luna reconoció: “Decidí matarme junto a la persona que amo, no puedo seguir sufriendo acá”. Para dejar en claro los hechos, el fiscal interrogó a Luna si las cartas eran de su autoría y lo plasmado allí era lo que pretendía hacer. La respuesta fue breve, pero tajante: “Si está escrito así, no lo voy a negar”.
El abogado Felix Arancibia, defensor del acusado, desistió de una serie de careos que había solicitado, tanto con la víctima como con una hermana, quien confirmó el acoso y maltrato de parte de Luna.