Rogelio Nerón, único dirigente wichí Nacional, estuvo junto a Juan Zabaleta en actividades políticas, dónde se vio públicamente, la definitiva posición del ministro de Desarrollo Social de la Nación en apoyo total al líder indígena.
Rogelio Nerón avanza sobre Buenos Aires a paso firme y con él, la política indígena, para las comunidades norteñas.
El wichi Rogelio, maneja los tiempos que se avecinan y por ello, esta vez, marca agenda y presencia para los pueblos originarios en el centro mismo de la acción política.
Desde los acuerdos, la activación de recursos destinados a la ayuda social en Rivadavia Banda Norte y otros pueblos de Salta, hasta exponer la grave situación de sus conciudadanos.
El dirigente Rogelio, va estrechando lazos con el Gobierno nacional en esa permanente evocación del “yo colectivo” que es una impronta de la política indígena.
“Nadie se salva solo” es una oración repetida en todos los ámbitos, por estos días, pero para que adquiera sentido es preciso que el actor indígena participe como cualquier otro argentino y argentina.
Con su tenacidad y audacia, el Intendente wichí de Santa Victoria Este, acompañado por la senadora Sonia Magno, Diaguita Calchaquí, arremeten sin pensar en las limitaciones que puedan surgir, hacen escuchar a todos el idioma indígena y traducen al español, ideas que no fueron jamás escuchadas en el ambiente nacional.
El voto indígena perfila una situación con vistas al 2023 que no sigue la lógica, la costumbre o los criterios de la hegemonía política. Hay una esperanza con una agenda distinta que es legítimamente nacional y popular por propia naturaleza.
Esta construcción, surgida del entorno más pobre, ha dejado en claro que no se limitará ni por el hambre, ni por la miseria, que va por las herramientas del cambio profundo mediante los circuitos partidarios y que piensa disputar todo lo que sea necesario con el objetivo de lograr el bienestar general de quienes están en la periferia del mapa.
El líder Indigena Wichí no va a rogar, está en Buenos Aires mostrando que puede aportar al país, aquellos valores que se han perdido y que la política indígena alcanzará con quienes estén dispuestos a prodigar el lugar que por tantos años les estuvo vedado a los originarios de esta patria.