Cuando el Estado está ausente de las necesidades humanitarias que demanda la ciudadanía, una extensa cadena de representantes en cargos electorales públicos, se convierten en un conjunto de responsables frente al manejo de los recursos públicos, materiales, inmateriales y laborales que resultan irremplazables para la población y sus urgencias. Entiéndase sobre todo en lo que a Salud pública, refiere.
No es sino a través del error que se evidencian las pobres actuaciones de los políticos, en el caso planteado por las comunidades indígenas, legisladores provinciales, como nacionales que reciben los votos del Chacosalteño hoy se encuentran en una clara decadencia pues ha quedado comprobado que no representan los intereses, necesidades, problemáticas, ni ideologías, o culturalidad del electorado indígena.
El mayor punto de crisis y conflicto es la falta de acceso de la Salud pública, la imposible provisión de agua para consumo humano, la resolución territorial sobre la propiedad colectiva, la educación intercultural bilingüe aun pendiente, la seguridad de las mujeres e infancias indígenas frente a los abusos sexuales y la explotación por parte del criollaje.
POLICÍAS QUITAN PANCARTAS A INDÍGENAS QUE PEDÍAN MÉDICOS A LA MINISTRA VIZZOTI https://t.co/AcpXXmx8Mr
— Salta Noticias (@saltainfo) August 27, 2022
En el acto, último, donde se hizo presente la Ministra de Salud Carla Vizzotti, es notorio que ella fue utilizada para una cartelería ocasional de la política provincial, pues quienes están junto a ella, como el caso de Mashur Lapad, vicepresidente del Senado de Salta, por décadas favorecido en un contexto de manipulación electoral de los indígenas, es parte del problema por el que no se pueden terminar de efectivizar las soluciones imperiosas a los problemas profundos que aquejan a los Pueblos Originarios.
MUJERES WICHÍ PROTESTAN EN EL CENTRO JUDICIAL DE TARTAGAL POR LOS DELITOS DE ABUSO SEXUAL INFANTIL https://t.co/Oe8MJzefPt
— Salta Noticias (@saltainfo) August 26, 2022
“Funcionarios que no funcionan” lo crítico pasa por un manejo gubernamental basado en el accionar, o en los negocios del voto que la vieja política articula bajo la premisa infame de la opresión sobre el indígena al que se estigmatiza y se vulnera con el fin de no permitirle ser el actor definitivo de su propia construcción política.