PROPONEN LA COMERCIALIZACIÓN DE ÓRGANOS EN ARGENTINA La exposición se hizo en la UNSA y el invitado es un economista que trabaja para EEUU.-

El rectorado universitario no participó de esta convocatoria, sin embargo, la facultad de Ciencias Económicas, abrió el recinto para plantar en la provincia, conceptos como “mercado de órganos”

Uno de los conferencistas es Julio J Elías, un economista cuyo trabajo de investigación en conjunto con Gary Becker de la Universidad de Chicago en el 2014 propuso la comercialización de órganos para cubrir la alta demanda mundial ante lo que consideran un faltante. La vida humana reducida a lo que miran como objeto de explotación y consumo: “Con Becker mostramos que la introducción de incentivos monetarios para los donantes aumentaría la oferta de órganos suficientemente como para eliminar las largas colas de espera” detalla en esa investigación el INVITADO POR LA UNSA.

“La Economía de los Trasplantes de Órganos: Los Incentivos Importan” dirá Elías y su colega en la investigación presentada ante la Universidad del CEMA en Buenos Aires.

La primera alerta por esta “mirada” economicista sobre los seres humanos, fue manifestada por las autoridades de la UNSA, al emitir un comunicado aclarando su posición frente a este tratamiento que se realizará en las ponencias previstas por los contadores.

“Ante las consultas reiteradas sobre la realización de la conferencia “La Economía de la Donación de Órganos”, organizada desde la Facultad de Ciencias Económicas, Jurídicas y Sociales; el Rectorado de la Universidad Nacional de Salta, recuerda que cada facultad de esta Casa de Altos Estudios tiene la libertad de planificar sus actividades académicas. Es por ello que, en el caso de la actividad antes mencionada, este Rectorado hace saber que no participó ni promovió la organización de dicha conferencia.

Reiteramos que en Argentina la donación de órganos es voluntaria y gratuita. Además, se prohíbe expresamente su comercialización, a través de Ley 27.447. Tal legislación establece que queda prohibido cualquier transplante “cuando no se respeten los principios de voluntariedad, altruismo o gratuidad”, o cuando se de una “contraprestación u otro beneficio por la donación de órganos, tejidos o células o intermediación con fines de lucro y la realización de cualquier actividad vinculada a esta ley sin respetar el principio de confidencialidad”.

Desde Rectorado sostenemos que la donación de órganos salva vidas, y por eso, valoramos el cambio de paradigma que trajo a nuestro país, la aprobación y reglamentación de la Ley 27.447, conocida como Ley Justina” finaliza el comunicado.

ELIAS, BECKER Y LA COMERCIALIZACIÓN HUMANA

https://www.lanacion.com.ar/economia/un-pionero-que-cruzo-las-fronteras-y-abrio-el-juego-a-la-economia-no-convencional-nid1689361/

Llama la atención que de esta postura abrevan los medios para además fortalecer las narrativas de determinados grupos políticos en campañas electorales que pretenden erradicar toda vertiente doctrinaria humanista. En esa mecánica de tomar al ser humano como un objeto, se encuentran líneas del fascismo como Revolución Federal o Libertad Avanza, con un perfil como Javier Milei, economista que ya sugirió la venta de órganos como una actividad comercial o “emprendedurista” para personas en pobreza. O que las familias pobres vendan sus hijos, ante la escasez de alimentos en el contexto inflacionario mundial que también afecta a la Argentina.

Más allá de lo que se pretende pasar como una postura economicista más, lo expuesto en la UNSA no es una novedad, si tenemos en cuenta que El irlandés Jonathan Swift (1667–1745) fue uno de los escritores que criticó con mayor lucidez, amargura, desencanto, corrosivo humor y sarcasmo la tragedia social y humana de su época. Su obra más famosa, “Los viajes de Gulliver”, que se confunde con un inocente relato para niños, es una pieza satírica, perturbadora, sobre la miserable condición de ese bípedo parlante que llamamos vulgarmente ser humano. En 1729 escribió “Una modesta proposición”, que aquí se publica parcialmente. Esa modesta proposición es uno de los textos más venenosos e ingeniosos de la literatura. Un látigo de fuego para castigar a “las buenas conciencias” un documento que resultó repulsivo, aberrante para todos los que no entendieron el mensaje, un insulto para todos los bien pensantes.

Swift propone, a la clase dominante, engordar como puercos y comerse a los niños pobres en vez de dejarlos morir de desnutrición o convertirse en el grave problema social que luego representan en su condición de miserables despojos humanos, dedicados al pillaje y la mendicidad.

“Me ha asegurado un americano muy entendido que conozco en Londres, que un tierno niño sano y bien criado constituye al año de edad el alimento más delicioso, nutritivo y saludable, ya sea estofado, asado, al horno o hervido; y no dudo que servirá igualmente en un fricasé o un ragout.” Boccato di Cardinale.

He aquí una idea modernísima que por cierto no es ajena al pensamiento de los economistas neoliberales. Para combatir la pobreza, hay que comerse a un pobre. PCS]

Una Modesta proposición para prevenir que los niños de los pobres de Irlanda sean una carga para sus padres o el país, y para hacerlos útiles al público (Dublín, Irlanda, 1729) así lo menciona en un artículo, el periodista Pedro Sturla.

Al retomar la expositiva propuesta comercial sobre seres humanos como proveedores de órganos o porcinos de las granjas médicas, nos damos con que se ha naturalizado toda violencia sobre las personas que en Salta, no sólo los recintos universitarios se han abierto para esto, sino que lo han hecho ante el silencio pasmoso de instituciones profesionales como Colegio Médico, Consejo Profesional de Ciencias Económicas, Gobierno Provincial, Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, Poder Legislativo, Judicial, Colegio de Abogados, etc.

Otra vez el gran ausente en el debate social es la BIOÉTICA. Una sociedad en la que femicidios, abusos, trata de personas, explotación sexual, laboral, entre otras situaciones aberrantes, se convierten en la basura que se barre bajo las alfombras gubernamentales, que alguien proponga el modelo iraní para comprar, vender y producir incentivos monetarios con partes del cuerpo humano, nos deja frente a lo más bajo de nuestra consciencia colectiva.

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