El amargo cierre de Mielcitas y Naranjú: La fábrica está tomada

Un centenar de mujeres quedaron sin sus puestos de trabajo en La Matanza, Buenos Aires
Roberto Duhalde y su Hijo, Maximiliano son los dueños que abandonaron la fábrica y a sus trabajadores sin pagarles las indemnizaciones, ni siquiera dieron la cara ante el repentino cierre de la planta fabril. 
Hoy las jefas de hogar no tendrán el trabajo y el salario continuo que les permite mantener a sus familias. Los rostros entristecidos y angustiados ante la quiebra de la empresa, denotan el paisaje horroroso de una Argentina que vivió los peores 4 años de su historia social, político y económica con las recetas del FMI y su gran ejecutor, el presidente Macri.
El sitio periodístico MinutoUno, recuerda: “La tradición se repetía en los ‘80 y los ‘90. A la salida o a la entrada de la escuela por algunas monedas el kiosquero más cercano ofrecía en invierno las dulces “Mielcitas” y en verano el refrescante “Naranjú”. Un agujerito pequeño con la tijera o la punta de los dientes y a disfrutar. Un extraño invento argentino que fue furor hasta hoy. Su fábrica cerró sus puertas.
La fábrica Suschen estaba emplazada en Rafael Castillo, partido de La Matanza, y empleaba a 150 personas, en su mayoría mujeres jefas de hogares. Además de estos míticos productos fabricaban el alfajor Suschen y el Loquillo, entre otros.
El móvil de C5N se dirigió a la planta antes de que baje sus persianas para siempre. Ante la consulta de Víctor Hugo sobre quienes estaban a cargo de la economía familiar, prácticamente todas alzaron su mano. Fábrica tomada: Mielcita BsAs
No obstante, no todo está perdido para “Mielcitas” y “Naranjú”. El propio conductor de “El Diario” anunció que autoridades de La Matanza se comunicaron con la empresa para intentar darle continuidad a las fuentes de trabajo”

Mirtha Ramírez, quien trabaja allí desde hace 25 años, dijo a Cadena 3 que el dueño “desapareció y nos dejó a la deriva”.

“Las cosas venían mal, con pocas ventas, pero hace unos 15 días nos quedamos sin materia prima, así que no estábamos produciendo. Tuvieron una reunión los delegados en Trabajo y este tipo (por el dueño) no se presentó en ninguna de las tres audiencias. El dueño son Roberto Duhalde y Maximiliano, su hijo”, sostuvo.

Asimismo, precisó que los trabajadores se organizaron para pasar la noche en el lugar. “Ahora la fábrica está tomada y les hicimos escraches”, acotó.

“El tipo desapareció, nos dejaron a la deriva. No recibimos ningún telegrama. Abandonó, buscó la última recaudación y desapareció”, agregó.

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En la planta ubicada en Estrada 245 de esa ciudad del oeste del Gran Buenos Aires se producían desde 1976 golosinas como las tradicionales “Mielcitas” y los populares alfajores “Suschen” y “Loquillo”.

José Luis Ledesma, delegado de la comisión interna gremial de la planta, lamentó el cierre de la fábrica y dijo que los operarios habían hecho “todo lo posible” para evitar llegar a esta instancia, pero no pudieron impedirlo.

La empresa tiene deudas millonarias y, en un contexto de fuerte caída de ventas por la crisis económica, tampoco puede hacer frente a las tarifas de energía eléctrica, gas natural y agua potable, dijo Ledesma.

“Estamos muy mal. Nos sentimos muy mal. Hay compañeras que tienen chicos discapacitados. Hicimos todo lo posible para que esto no ocurra. Pero por los malos manejos estamos pasando esta situación”, lamentó el delegado en declaraciones a una radio

Y agregó: “Hemos cubierto lo que los empresarios no pudieron cubrir. Se llevaron el activo fijo y se burlaron de todos. No somos locos ni suicidas, vamos a buscar una posición y continuidad de trabajo”.

También dijo que más de 100 operarios han quedado en la calle debido al cierre de la fábrica.

Mielcitas era una marca de la empresa Suschem, compañía fundada en 1976, y llegó a ser una de las diez mayores productoras de golosinas en la Argentina.

Ledesma contó que la firma había desarrollado un sistema de comercialización de llegada directa a canales mayoristas de golosinas, comestibles, supermercados e hipermercados, y distribuidores directos.

Pero a pesar de esa compleja ingeniería de logística no pudo sobreponerse a la fuerte caída de ventas debido a la depresión del consumo que configuró la crisis económica.

“El gremio nos apoyó mucho, hemos recorrido todos los canales legales para evitar el cierre. Hubo un mal manejo de la empresa (por parte de sus dueños), pero también están las tarifas del gas, la luz y el agua por las nubes. Esto se ha hecho realmente imposible”, admitió el delegado.

Ledesma contó que la comisión interna gremial que representa a los 150 operarios venía manteniendo reuniones con los directos de la empresa en el ministerio de Producción y Trabajo de la Nación, pero el jueves comunicaron su decisión de cerrar la empresa.

“Nos dijeron en la reunión: hasta acá llegamos. Es tremendo. Fue en el mismo Ministerio de Trabajo. Y ahora nosotros nos tenemos que abocar a ver qué hacemos. La gente durmió en la fábrica para resguardar las máquinas, para que no se las lleven”, afirmó Ledesma.

fuentes: digitales, sitios gremiales, notas de archivo.

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