Su padre está detenido, su madre los dejó para vivir en otro pueblo , a veces una abuela, les puede enviar alguna ayuda.
Los niños, fueron entrevistados por un periodista y ayudados por vecinos que les acercaron algún pedazo de pan y un poco de té o un jarro de mate. Pidieron tener para comer todos los días; su deseo en medio de esta cuarentena.
Pichanal es el pueblo norteño donde se desarrolla el drama de tres pequeños abandonados no sólo por sus progenitores, sino por el Estado mismo, que han sobrevivido por la caridad de algunas pocas personas en las casas aledañas, sin intervención de la justicia, sino hasta que los medios de prensa comenzaron a visibilizar la dura realidad de ellos.
Hasta el momento fueron atendidos por una enfermera de nombre Claudia y por otra voluntaria de un merendero cercano a la tapera en donde viven en condiciones de peligrosidad para su salud e integridad emocional, la profesional hace notar en la entrevista con el periodista Matías Saracho que el Estado no tomó intervención en defensa de los tres niños, detalló que la madre va a verlos cada tanto, pero que no les provee alimentos, ropa o calzados. Uno de los niños, tiene granos en el cuerpo y su estado de salud, requiere atención médica.
Claudia exigió que la madre se haga cargo, que el Estado asegure el bienestar y los derechos de los niños, Joel (12), Lucas (10) y Maxi (14), son los tres hermanitos que conviven en un vivienda muy precaria en el paraje El Cruce, Pichanal, al norte salteño.
Los chicos comentaron que su madre cobra la AUH pero que no les da de ese dinero para que coman, menos aún para que se vistan; piden por su regreso y dicen que vive actualmente en la localidad de Morillo.
Estiman que la Defensora de Menores, del distrito judicial del Norte, Dra. Reynoso, disponga la puesta a resguardo de los tres chicos que a la fecha no tenían para comer.